Escultura

EL JUEGO COMO ESTRATEGIA DE PERCEPCIÓN

La propuesta que aquí se presenta tiene por objetivo, antes que nada, plantear un cuestionamiento de lo que denominamos nuestra realidad y los modos en que nos relacionamos en ella, con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno. Busca el cuestionamiento de lo que culturalmente nos han enseñado a percibir y a desconocer, como prácticas institucionalizadas que pasan de generación en generación y que van determinando nuestros modos de ser y de actuar. La crítica no tiene un trasfondo valorativo, en cuanto bueno o malo, sino en lo establecido, en lo inamovible que fija posturas políticas, económicas, religiosas, sociales y, en fin, perceptuales que determinan la vida que hay que vivir.

La propuesta El juego como estrategia de percepción, si bien se alimenta de esta crítica es ante todo una propuesta, una invitación a todos aquellos que accedan a experimentarla, es una invitación a sus corporalidades, a sus sentidos, a su percepción, en la medida que es con ellos que configuramos nuestra realidad y el modo de comprendernos a nosotros mismos en ella. Es una propuesta que se dirige a nuestra libertad como seres humanos capaces de decidir y elegir la vida que queremos vivir, concientizando cada uno de nuestros actos, de nuestras miradas y gestos que van constituyendo nuestra cotidianidad y asumiéndonos en cada una de nuestras elecciones.

Se trata de proponer una apertura corporal, un estado de plasticidad corporal, en la medida que entendemos como posible en nuestras vidas, todo aquello que vemos como posibilidad. Para construirnos y reconstruirnos en el presente de nuestros actos, o sea, en una disposición de juego: “cualquier actividad humana hecha en inocencia, esto es, cualquier actividad humana hecha en el momento en que es hecha con la atención en ella y no en el resultado, esto es, vivida sin propósito ulterior y sin otra intención que su realización, es juego; cualquier actividad humana que es disfrutada en su realización debido a que la atención del que la vive no va mas allá de ella, es juego. Dejamos de jugar cuando perdemos la inocencia, y perdemos la inocencia cuando dejamos de atender a lo que hacemos y comenzamos a atender a las consecuencias de nuestras acciones, o a algo más allá de ellas, mientras aún estamos en proceso de realizarlas. Los seres humanos adquirimos nuestra conciencia individual y social a través de la conciencia corporal operacional que adquirimos en el libre juego con nuestras madres y padres al crecer como seres que viven en el lenguaje en la intimidad de nuestras convivencia con ellos, y perdemos nuestra conciencia social individual en la medida en que dejamos de jugar y transformamos nuestras vidas en una continua justificación de nuestras acciones en función de sus consecuencias, en un proceso que nos enceguece acerca de nosotros mismos y los demás.”[1]

El juego como estrategia de percepción es una propuesta escultórica que invita a la experimentación de nuestros sentidos, en una disposición de juego, atendiendo al presente de la acción, que requiere de la inocencia de los participantes, de una actitud curiosa que no desestime las experiencias surgidas por la falta de funcionalidad y productividad, ya que no es en ellas que encuentra su fundamentación, sino precisamente es en la desinstrumentalización de nuestras relaciones con lo o los demás, en la mutua aceptación que logra su pleno sentido.
[1] MATURANA Humberto y VERDEN-ZÖLLER Gerda, Amor y Juego fundamentos olvidados de lo humano, Editorial Instituto de Terapia Cognitiva, Chile, 1995, Pág. 145

Caleidoscopio


Escultura realizada en fierro y vidrio fusionado, mide 160 cm de alto x 130 cm de ancho.


Vista frontal y posterior de Caleidoscopio.


Experiencias con los participantes.




Situaciones generadas al interior de Caleidoscopio.

Caleidoscopio se propone como un ejercicio que no se define solamente como individual, sino, más específicamente, como un ejercicio de intimidad, con la sensibilidad que uno es. No obstante, Caleidoscopio, es también una abertura, una conexión con el ambiente en el cual se encuentra el participante. Al contener en su interior elementos que distorsionan la visual, pero que no la bloquean debido a su transparencia, no encierra la visión sino que le otorga otras perspectivas al entorno. Caleidoscopio, al igual que Mirar en torno, posee un mecanismo de giro que crea y recrea diversas relaciones entre los elementos dispuestos en su interior que van conformando imágenes mandálicas con una clara resonancia con su estructura externa, también conformada por la relación de elementos circulares a la vez que transparentes.

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